El dia de ayer (2 de noviembre), así como desde el día primero de noviembre, se tuvo en el seminario una celebración especial para cada día.
Se tuvo, en estos dos días, para empezar, láudes en comunidad solemnes especiales (oraciones matutinas) en favor de todos nuestros amigos, familiares y bienhechores ya muertos. Para en la tarde se tuvo una misa especial respectivamente y, en esta segunda, del 2 de noviembre, y como un símbolo, cada seminarista y cada sacerdote presente en dicha celebración pidieron también por todos nuestros familiares y amigos difuntos; para ello se preparó una urna especial en que cada uno depositaría los nombre de los mismos por quienes se orará posteriormente en todo este mes. Y así, a grandes rasgos, fue lo que se llevó a cabo con respecto de estos días muy especiales en nuestro país y de su manera de recordar y pedir aún por todos aquellos nuestros seres queridos que, aunque no se encuentren de manera física entre nosotros, les seguimos y seguiremos recordando de una manera distinguida y especial.
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